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“El futuro es nuestro y nos lo estamos jugando”

  • Foto del escritor: MundoEco
    MundoEco
  • 2 ene 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 7 ene 2020

Noelia Hernández//


Pablo Morente es un estudiante de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Granada. A sus 21 años es un gran activista ecológico que participa en proyectos de Greenpeace y UNICEF, y además pertenece a Scouts España, organización a partir de la cual también tratan de concienciar sobre el cambio climático con la educación.


Del 2 al 13 de diciembre se celebró la Cumbre del Clima en Madrid (COP25). La COP es la Conferencia de las Partes, el órgano supremo de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC). Durante estos días tuvieron lugar diferentes actividades de concienciación, así como encuentros para las negociaciones y el diálogo sobre el cambio climático en la cual estuvo presente nuestro protagonista como invitado de UNICEF.

Representantes de juventud en la COP25. Pablo Morente (cuarto por la izquierda)

- Fuiste protagonista de más de una charla en la Zona Azul donde se concentraban los políticos.

Iba representando la juventud en el cambio climático por UNICEF. Interveníamos 5 activistas climáticos jóvenes, representando cada uno a un continente, yo iba por parte de Europa. Acudieron también 5 ministros correspondientes a los países. Aquí vino Celaá, la portavoz del Gobierno. Esta charla la organizó UNICEF para convertirse en un debate entre los jóvenes y los ministros. Yo le preguntaba a mi homóloga Celaá, y fui bastante insistente en que no podían dárselas como el Gobierno más ecologista si luego no aplicas políticas sociales. No puedes decir que el AVE es un medio de transporte ecológico, si luego no es accesible para la mayoría de españoles.


- Además tuviste la ocasión de coincidir con Greta Thunberg en la COP.

Greta iba a venir a esa charla, y un momento antes de la charla vino con nosotros para explicarnos que no iba a asistir a la charla porque ella entendía que todo el poder mediático se había centrado en ella, en su figura. Ella quería que se visibilizase el movimiento juvenil, y entendía que si acudía a la charla, ella sería el foco mediático y lo que quería es que el resto de jóvenes tuviesen voz también.


- ¿Por qué crees que los jóvenes juegan un papel fundamental en este momento de emergencia climática?

Es un cambio transversal, hasta ahora los movimientos políticos se han ido agrupando por diferentes motivos, como por los recortes en educación, un montón de población unida. Pero en este caso concreto del clima estamos viendo una movilización sin precedentes de jóvenes que están tomando las calles, con una visibilización que no habíamos vivido antes. Las consignas y las protestas que estamos llevando a cabo son claras: el futuro es nuestro y nos lo estamos jugando.


- Además de en la COP, también hubo eventos por toda la ciudad esos días.

Fue la “contra cumbre”, la cumbre social por el clima que se hizo en la Complutense que estaba a rebosar. En muy poco tiempo se organizaron muchas asociaciones ecologistas de tantos lugares, fue un exitazo. La cumbre estuvo en la calle realmente, la COP en sí ha sido muy poco ambiciosa con los objetivos, pero ha sido una cumbre que ha levantado a toda la sociedad, estuvimos cortando Gran Vía… Esta cumbre va a pasar a la historia por estar en la calle.


- ¿Qué es lo que más te ha impactado de esos días?

El miércoles de la segunda semana antes de terminar la cumbre, los pocos activistas climáticos que estábamos en la zona azul vimos que había que hacer algo, había que llamar la atención de alguna forma porque no se estaba avanzando. Quedaban dos días para que se acabase el evento y las negociaciones estaban atrancadas. Decidimos hacer una sentada enfrente de los pabellones donde estaban negociando los delegados ministeriales. Nos sentamos y eso para mí fue súper emocionante con mujeres de pueblos originarios, indígenas, todo el mundo gritando “vergüenza”, gente de muchísimos países, todos unidos allí de repente. Entonces vinieron los policías de Naciones Unidas y nos sacaron a la fuerza, en ningún momento hubo diálogo con nosotros. No digo que busquemos afán de protagonismo ni mucho menos, pero al menos que se nos escuche.


- El mayor cambio lo pueden hacer las multinacionales, pero ¿los ciudadanos de a pie qué pueden hacer?

La responsabilidad individual de cada uno es muy importarte, pero los Gobiernos y las empresas no pueden hacer creer a los ciudadanos de a pie que la responsabilidad es suya porque ellos tienen el mayor peso y son las mayores responsables. Pero creo que el ciudadano de a pie tiene un poder absoluto, que en la medida de sus posibilidades también deben exigirse sacrificios para reducir sin excusas. Los pequeños gestos son imprescindibles.


- Además a través de los Scouts tratáis de inculcar estos valores.

No podríamos entender nuestro modelo educativo sin la naturaleza. No sé si hemos llegado tarde, pero hemos llegado. Cada vez se ve más a los niños concienciados con el cambio climático. Nosotros fuimos los niños de la crisis económica, pero yo no recuerdo una infancia agobiado o preocupado por el planeta, no me preocupaba que se acabase el mundo. Pero yo que trabajo con los niños y sobre todo lo hacemos en espacios naturales, cada vez lo noto más y nosotros trabajamos mucho estos aspectos. Y en la educación formal cada vez va a tener también más importancia.


- Los adultos ya no pueden concienciarse a través de estas vías.

Yo creo que los medios de comunicación ahí juegan un papel fundamental, cada vez que un medio en vez de hablar de las consecuencias gravísimas de la contaminación, hablan de que Greta o sus padres tienen un sillón de 600 euros, de verdad que se te cae el alma a los pies. El papel de los medios de comunicación es fundamental para que los ciudadanos entiendan que el sacrificio ya es real.

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